Huéspedes muy especiales, los perros llegaron con diferentes historias de abandono, de maltrato y con la salud extremadamente comprometida. Fueron recibidos con respeto y delicadeza por los colaboradores del Sitio de los Reinos, afiliado a la Fraternidad – Federación Humanitaria Internacional (FFHI), y terminaron residiendo.
Algunos necesitan cuidados especiales continuos, otros ni siquiera recuerdan, por lo que se observa, el sufrimiento y, todos, continúan con la alegría de tener, ahora, un hogar, un espacio donde poder vivir con dignidad y amor.
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